25 de febrero de 2008

Suicidio veterinario....

Asociación que los agrupa advierte que se matan cuatros veces más que el promedio

SORPRENDENTE: VETERINARIOS SON LOS MAYORES SUICIDAS DEL MUNDO

Un trabajo demasiado estresante y una cercanía cotidiana con la eutanasia serían las razones de la asombrosa estadística.

La Organización Mundial de la Salud ya lo había dicho: médicos, veterinarios, químicos, farmacéuticos y granjeros, tienen tasas de suicidio por encima del promedio, pero ayer se reveló que son los veterinarios los que revientan las estadísticas a la hora de terminar sus vidas con las propias manos. Aunque prefieren la inyección letal, que calificó como la herramienta que más usan para suicidarse.

Así lo contó la revista de la Asociación Británica de Veterinarios (BVA, por sus siglas en inglés), que levantó la voz para advertir que estos especialistas se matan cuatro veces más que el común de la gente y dos veces más que los médicos.

El profesor de la BVA Richard Halliwell, explicó a la BBC que una de las posibles razones para la popularidad del suicidio veterinario puede ser la cercanía con la eutanasia animal, que haría aparecer a la muerte como una opción válida para terminar con angustias varias."Si están sufriendo problemas emocionales, estrés o tensión, para ellos puede ser más fácil tomar la decisión de acabar con sus vidas porque están acostumbrados a aplicar eutanasia a los animales que sufren", explicó.

Halliwell también contó que el estrés al que se ve sometido un veterinario es mucho mayor de lo que se puede imaginar y que las universidades no preparan a los futuros profesionales para enfrentar lo que se les viene encima."Como veterinario no sólo tienes que lidiar con la vida y muerte de los animales. También tienes que enfrentarte a las personas que están conectadas con esos animales económica o afectivamente. Ese doble enfrentamiento es extremadamente estresante", dijo.

Alcohol y drogas

Virginia Richmond, del Programa Británico de Salud para Veterinarios contó que expertos de todas las edades llaman para pedir ayuda. "Nos telefonean muchos que se sienten solos, que no encuentran apoyo en ningún lado... Parecen no tener conciencia de que hay gente esperando ayudarlos", se quejó.

Si el panorama de tanto veterinario suicidándose suena desalentador, la cosa se pone más fea cuando se sabe que varios de los que se abruman con el trabajo, pero deciden no matarse se vuelcan al alcohol y las drogas. Una de las más usadas por los profesionales es la Ketamina, un tranquilizante para caballos al que pueden acceder fácilmente, de la misma manera legal como pueden conseguir su última inyección.

Pero no todo el artículo de la revista de la BVA es tan trágico. También se informa de las medidas que podrían salvar a los veterinarios de la desesperación. Para empezar se está pensando crear un sistema de consejería y soporte para los que recién comienzan en las lides de la salud animal, y se propone que las universidades que dan la carrera enseñen a los estudiantes cómo lograr un equilibrio entre la vida, el trabajo y las habilidades para enfrentar todo el estrés que les depara el futuro.

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