12 de febrero de 2008

Como dar malas noticias....

Un señor estaba en su mejor ronquido cuando suena el teléfono a las 3 de la mañana....

- Aló, ¿Doctor? Habla Arístides, el capataz de su hacienda.

- Hola Arístides, ¿pasó alguna cosa grave?

- No, nada serio Doctor, sólo quería avisarle que ¡su lorito se murió!

- ¿Mi lorito? ¿Aquél que ganó en el concurso el mes pasado?

- Si patrón, ese mismo

- Coño, ¡qué lástima! Yo que había pagado una pequeña fortuna por él.- Pero... ¿De qué murió?

- Comió carne podrida.

- ¿Carne podrida? ¿Y quién le dio carne podrida?

- Nadie Doctor, él se la comió de uno de los caballos que estaban muertos.

- ¿Caballos? ¿Qué caballos muertos?

- Dos de sus caballos pura sangre. Los pobres se murieron de cansancio, por tener que jalar la cisterna de agua.

- ¿Y por qué jalaban la cisterna de agua?

- ¡Para apagar el fuego!

- ¿Fuego? ¿Qué fuego? ¿Dónde?

- En su casa patrón. Una vela se cayó debajo de una cortina y prendió fuego a la casa.

- ¿Vela? Pero... ¿quién encendió una vela en mi casa si tiene electricidad?

- Fue una de las velas usadas en el velorio.

- ¿Velorio? ¿Cuál velorio?

- El velorio de su mamá, patroncito. Ella llegó en la madrugada sin avisar y yo le metí un balazo pensando que era un ladrón.

-¡¡¡Noooooooooooooooooooooooooooooo!!! ¡¡¡No puede ser!!!

- ¡Ya, ya patron no exagere! ¡No arme tanto escándalo por un puto loro!

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