26 de abril de 2008

Maquiavélicas mujeres...

El marido llega a la casa a las seis de la tarde y le dice a su esposa que tenía una reunión de trabajo a las diez de la noche, pero que él no iría, ya que eso le parecía un abuso. Pero la mujer, preocupada por su marido, lo convence de que el trabajo es importante.

Entonces, el marido se va a pegar una ducha para estar listo, y piensa: "Fue fácil engañarla".

Como toda mujer, cuando el hombre entra al baño, le revisa las cosas: billetera, maletín, bolsillos del saco, etc. y le encuentra un papel que tenía escrito: "Mi amor, te estoy esperando para comernos el pavo con salsa blanca que hablamos".

La mujer coloca el papel de donde lo había sacado, y cuando el marido sale del baño, encuentra a su mujer con una ropa sensual y toda fogosa.

El marido se pone como loco, no pierde tiempo y hacen el amor como en los viejos tiempos...

Cuando terminan, el tipo, medio "muerto", se queda dormido. Cuando va llegando la hora, la mujer lo despierta, pero él no quiere saber nada de la reunión, pero finalmente ella lo convence.

Al llegar a la casa de su amante, el marido, aún cansado, le dice a su amante que había trabajado mucho y que sólo tomaría un baño y descansaría un poco.

Al entrar al baño, la amante (como toda mujer) le revisa los bolsillos del saco, y encuentra un papel que tenía escrito:

"Ahí te mando el pavo, pero la salsa blanca quedó en casa".

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