24 de abril de 2008

Decir la frase correcta no tiene precio...

Gonzalo se despierta en casa con una resaca monumental. Se esfuerza en abrir los ojos, y lo primero que ve es un par de aspirinas y un vaso de agua en la mesita de noche. Se sienta y ve su ropa toda bien limpia y planchada frente a él.

Gonzalo mira alrededor de la habitación y ve que todo está en perfecto orden y limpio. El resto de la casa está igual. Toma las aspirinas y ve una nota sobre la mesa:

"Cariño, el desayuno está en la cocina, salí temprano para hacer unas compras. Te quiero."

Así que va a la cocina, y ahí estaba el desayuno y el periódico del día esperándole. Su hijo también está en la mesa, desayunando.

Gonzalo le pregunta, "¿Hijo, qué pasó ayer por la noche?"

Su hijo le contesta: "bien, pues volviste después de las 3 de la madrugada, borracho. Rompiste algunos muebles, vomitaste en el pasillo y te pusiste un ojo morado cuando te diste contra la puerta."

Confundido, Gonzalo pregunta:

"¿Y cómo es que todo está tan limpio y ordenado, y el desayuno esperándome en la mesa?"

Su hijo contesta:

"Ah, eso!... Mamá te arrastró hacia el dormitorio y cuando intentó sacarte los pantalones, tú gritaste:

¡¡¡... 'Suéltame maraca conchetumare... Soy casado...!!!'

Conclusiones:

Una resaca autoinducida: $50.000.
Mobiliario roto: $140.000.
Desayuno: $5.000.
Decir la frase adecuada: no tiene precio....................

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